12 CORONACIÓN
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Espacio de trabajo para que los escritores nos arranquemos mutuamente los cabellos, sin necesidad de escudarnos en los personajes. Todos podemos publicar aquí y cualquiera puede comentar lo que considere útil para llevar a buen puerto este proyecto.
Encontré esta joya en el arcón de Fortunata y me la traje al taller, para que todos puedan favorecerse con su hallazgo. Lila.
Resumen libre del artículo Foucault contra Sade o
Foucault con Sade de Alberto Pinzón.
“Crear belleza a partir de la soledad para siempre,
no por amor ni desde la libertad.
Debes vivir y morir en un calabozo”.
Paradójicamente, la obra de Donatien Alphonse de Sade está ligada a muchas disciplinas de nuestra modernidad: el psicoanálisis, la crítica literaria y la filosofía. Y la obra de Foucault no está ajena a reflexionar sobre el "Divino Marqués".
La obra de Sade es una de las más escandalosas jamás escritas y Sade es uno de los pocos escritores que no han perdido la capacidad de escandalizarnos, es casi inevitable el pánico que produce, ello la convierte en una zona prohibida y a su autor en un condenado eterno. Por su violencia, ateismo y lenguaje crudo, Sade trastorna y atropella. La lectura de sus textos choca e irrita, el avance es lento, vacilante y arduo, a pesar de un a fascinación cierta. Ningún escritor se ha aventurado como él por los caminos del exceso. Exceso que exige el secreto y la soledad de una celda.
Sade y Foucault son paradigmas de la lucha desgarradora contra las formas más totalitarias del poder, las tiranías sobre el pensamiento y los cuerpos, condenados a hablar desde la prisión: desde la prisión del discurso, hasta la más brutal y despiadada prisión real.
La obra sadiana es difícil, tanto por como está escrita como por su multiplicidad y polivalencia, algunos afirman que no hay un Sade sino varios. Yo afirmaría que sólo existe el Sade dramaturgo, el director de escena que, en un ejercicio único, propio de la razón libertina, pone en escena a sus personajes para que ellos, desde sus propias concepciones, planteen sus ideas sobre los principales problemas políticos y filosóficos que se debatían en su tiempo. Sade coloca en boca de cada uno de sus personajes, desde los libertinos hasta los virtuosos, toda una reflexión filosófica que da cuenta de sus visiones particulares, colocando al lector en una difícil situación, en una actividad de elegir, convirtiendo la lectura en un acto ético.
Así, no hay un universo sadiano, sino un universo que responde a cada visión de cada uno de sus personajes y su manera de entender los problemas que planteaba el siglo de las Luces. Por otra parte, el marqués conoce profundamente los problemas sociales, políticos y filosóficos de su época, y a pesar de su encarcelamiento por más de 27 años, elabora una obra extraordinaria que da cuenta de las más bajas pasiones que oculta el ser humano.
Un problema fundamental es que Sade no se estudia por sí mismo, sino que quien lo necesita lo manosea para confirmar o rechazar sus ideas y elaborar o argumentar desde las ideas que sostienen dichos sistemas. Foucault representa inicialmente a Sade, junto con Goya, como encarnación del retorno de la locura, como desmesura del deseo. En el Prefacio de la Transgresión replantea la obra de Sade, pero esta vez en relación a la muerte de dios (del dios judeo cristiano). Finalmente, Foucault arremete contra Sade por ser un representante tardío de un dispositivo de la sangre y de la raza (la nobleza), contrario al dispositivo moderno de la norma y del poder sobre la vida. Por otra parte, lo ataca por encarnar más que la liberación del placer un control militar de los cuerpos que es inherente a la normalización de la humanidad.
Del Sade feroz y visionario, pasando por el Sade perverso, aterciopelado y encantado de Cuvier, al Sade arcaico y reaccionario, Sade puede ser eso y mucho más, según el punto de vista del crítico respecto, no a la obra de Sade, sino a su juzgamiento desde fuera por un sistema que pretenda legitimarlo o rechazarlo.
En La Historia de la Locura en la época clásica (1961), Foucault afirma que el internamiento es una creación institucional del siglo XVII. Lo que hace el internamiento en el campo de la represión del pensamiento y el control de la expresión es hacer volver a la verdad por vías de la coacción moral. Los asilos de internados, las prisiones y las correccionales representan de aquí en adelante la conciencia frente a la locura. A partir del siglo XVII la sinrazón toma el aspecto de un hecho humano, toma el aspecto de un personaje o personajes: el depravado, el disipador, el homosexual, el mago, el suicida, el libertino. La sinrazón se empieza a ver como un apartamiento de la norma social, en un individuo concreto. Sade abre las puertas para que la sinrazón se manifieste. Los escritores que lo intentaron después de él naufragaron –Nietszche, Artaud, Hölderlin, Nerval y otros- demostraron que la locura es la ausencia de obra, pero ello es lo que los hace escritores modernos. Ese desgarramiento, ese silencio al cual es conducido el escritor, ese abismo al cual se ve abocado, ese imposible con el cual lucha el escritor moderno para darlo a conocer, la tarea de dar razón de esta sinrazón y a esta sinrazón hacen de Sade uno de los padres de la literatura moderna.
En el momento de Sade ocurre la lucha de la sinrazón por expresarse en términos de la razón o, visto de otra forma, la lucha del pensamiento por doblegarse a la lógica irracional del corazón. De entender el libertinaje como un estado de servidumbre en el que la razón se hace esclava de los deseos se pasa a la lucha del deseo por explicar o justificar su razón desde sus propios términos.
Sade ilustra el encierro (27 años en prisión) y el enfrentamiento entre hacer callar las voces de la sinrazón que luchan por hacerse escuchar y aquellos que pretenden tomarla como enfermedad. Es por ello por lo cual Sade no es admitido más en Charenton, ¨ese hombre no está alienado. Su único delirio es el del vicio¨, escribe a Fouché, el 1 de agosto de 1808, el director de la casa de Charenton, Roger-Collard.
La obra no digerible del Marqués de Sade establece el puente entre la razón y la locura: por una parte, comunicando el lado del orden con el desorden le dirige al lector normal, al espectador una palabra que la locura no puede formular, y por otra, organiza el desorden, ordena al loco para que pronuncie su palabra, lo promociona a una conciencia de sí mismo; en el hospital Charenton al loco se le devuelve la palabra.
En el artículo Prefacio a la Transgresión (1963), Foucault describe la obra de Sade como una profanación en un mundo que no reconoce sentido positivo a lo sagrado, en ello consiste la transgresión sadiana. Aquello que puede decir el lenguaje a partir de la sexualidad no es el secreto natural del hombre sino que no tiene dios (en el sentido judeo cristiano). La palabra cedida a la sexualidad es la misma que nos anuncia la muerte del dios (judeo cristiano). En el discurso sadiano, el lenguaje de la sexualidad es un lenguaje donde dios está ausente, donde todos los gestos se dirigen a esa ausencia en una profanación que de una vez la designa, la conjura, se agota en ella y es reconducida por ella a su pureza vacía de la transgresión. La transgresión ocurre, entonces, como un violentar una norma que puede ser absoluta o imaginaria. Si se piensa en la moral judeo cristiana u otra moral específica, es la transgresión a las normas establecidas por ésta; en el momento en que prescindimos de esa norma, de esa moral, desaparece la transgresión como tal.
En el texto de Lenguaje y Literatura (1964), Foucault ubica a Sade como la figura de la transgresión. Es evidente que Sade es el primero en articular, a finales del siglo XVIII, un discurso de la transgresión. Se puede decir que su obra es el punto que abre este camino a la palabra, convirtiéndose en un umbral histórico de la literatura. La obra de Sade pretendió, de alguna manera, ser la borradura de toda filosofía, de toda literatura, de todo el lenguaje anterior con un habla que profanaría la página que se ha vuelto a tornar blanca, abriendo un espacio vacío a la literatura moderna.
Hasta aquí el artículo.
Tenemos un teatro donde cada personaje puede expresarse libremente, y una obra que no está orientada específicamente al pensamiento o sentimientos de uno de ellos, ni de un escritor particular, lo que nos da la oportunidad (entre muchas otras) de ofrecer al lector o espectador la verdad subjetiva de cada personaje y las razones o sinrazones de cada escritor.
Por otra parte, uno de los retos que enfrentamos es el adentrarnos en nosotros mismos, en nuestras psicologías y atrevernos a pensar cualquier cosa, sin autolimitarnos o autocensurarnos. El ejercicio no buscaría tanto sorprender o mostrar al lector la grandeza o sapiencia de los escritores, sino proporcionar a estos un espacio donde pueden explorar partes de su propio pensamiento a donde no se atreven a ir en el mundo “real” y de verter los hallazgos de esta “minería de las almas” y lanzarlos a jugar con los hallazgos de los demás. Este verter no necesariamente está dirigido a expresarse en cuanto a escribir o describir lo que se cree, la propia verdad o lo que se piensa que es o debería ser el mundo, ni siquiera lo que se desea, y tampoco, al menos en esta etapa, a arengar o empujar al lector hacia un modelo de sociedad, pensamiento o filosofía particulares y mucho menos congraciarnos, felicitarnos o fortalecer la amistad entre los escritores. Este verter es más un colocarse en el papel de vehículo o medio para que fluya lo que vamos encontrando adentro de nosotros y ser testigos de cómo se desenvuelve “afuera” al verse confrontado con las diferentes combinatorias de lo que fluye desde la profundidad liberada (la sinrazón o el corazón) de los otros escritores.
Muchas Gracias.
(El artículo de Alberto Pinzón se ha transcrito casi literalmente)
http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=700
Feliz cumpleaños para Colombine. Me demoré un día más de lo previsto, pero lo logré, este es mi regalo para ti, querido Heraldo. Abrazos como si fuera 13 de enero, con música de Carlo Gesualdo.
Se recuerda a los Honorables Escritores
Así mismo se informa a la Augusta Triministra de que ya cuenta con privilegios de administradora sobre el Taller.
Suya.
La ama de llaves ciega, sorda y muda.
Este Reyno, nacido del amor entre Therese y Lear, por misteriosos designios del destino se convirtió en un experimento literario sobre las posibilidades del formato.
Se vislumbran, sin embargo, algunos derroteros.
Algunas consideraciones o propuestas.
Las obras deben escribirse en un tiempo más o menos definido digamos... 10 semanas.
Las instalaciones del Reyno son reutilizables, es decir, podemos montar y desmontar todo el Reyno en cuestión de días para nuevas obras, la parte más costosa de la construcción ya se terminó. Es factible agregar nuevos personajes y espacios según se vayan requiriendo o reciclar los existentes.
Otro asunto es la post producción y publicación de las obras definitivas, todavía no llegamos a esa etapa y seguramente aparecerán problemáticas y retos nuevos.
Sugerencias:
Quedan disponibles para todos
Todos los participantes amamos a la poesía
y somos personas preparadas,
ninguno nació ayer.
Creo que el momento actual
nos da la oportunidad
de explorar una nueva frontera
para la poesía,
produzcamos algo hermoso.
Nada de lo que expreso aquí pretende ser "la verdad"
ni "definitivo",
son mis ideas sobre lo que intentamos crear.
Att. Grandchester.